lunes, 2 de noviembre de 2009

Sabina: ¡Ya llegué!

No quise esperarme más tiempo, nueve meses allí adentro era demasiado. Ya quería conocer a mis papás, a los nenes y a los bichitos. Todos ellos son muy necios pero también chistosos. Decidí que era hora de salir. Mis papás tenían planes completamente diferentes para mi nacimiento: querían que naciera por parto natural en agua, en Querétaro, con la doctora Nayelli y Claudia para que nos apoyaran. También querían que mi tía la Güera estuviera presente para que filmara todo y no sé cuantas cosas más. ¡Ja, já! Me les adelanté. No fue por mala onda, sólo que ya me sentía muy incómoda. Además, yo quería nacer aquí, en San Juan del Río; aunque es un pueblo, mis papás están muy contentos viviendo aquí desde hace casi cuatro años; aquí me concibieron, aquí decidí nacer y aquí quiero vivir. Hay mucha gente que dice que es un pueblo y tienen razón, por eso mis papás decidieron venirse para acá. ¡Qué bueno que se salieron del DF! Las veces que viajó mi mamá para allá conmigo dentro de su pancita, pude sentir el estrés de la esa ciudad... ¡De la que me salvé! Mis papás y yo estamos felices aquí en San Juan, aunque sea un pueblo bicicletero.

Lo que no había pensado es que como nací tan chiquita, peso menos de un kilo y medio, me iban a tener en esta como pecera y sin poder estar con mis papás. ¿Por qué no me lo avisaron? De haber sabido, me hubiera esperado el mes y medio que me faltaba. Lo que pasa es que en el curso psicoprofiláctico que tomaron mis papás, Claudia hablaba de muchas cosas; pero nunca mencionaron que si nacía antes me iban a tener aquí... Ni modo, eso me gano por ser ansiosa como mi papá.

Fue bastante sorpresivo para todos. El sábado en la noche mi mamá acababa de llegar del Beibi Chagüer (perdón, pero todavía no sé hablar inglés, con trabajos entiendo el español) que le organizaron en Querérato. También eso me animó a salir antes; todas las personas que estaban allí me cayeron muy bien y las quería conocer. Fue en casa de mi abuelita Pilli y de su novio Óscar, todo estuvo muy rico y nos regalaron muchas cosas; mi abuelita y Óscar son muy buena onda, los quiero mucho. Cuando regresamos a la casa, mi papá andaba dizque haciendo un trabajo de la maestría, le dí chance que terminara; empecé a dar lata como a las doce de la noche. En mi casa se quedó a dormir mi otra abuelita, Queta, porque vino al Beibi Chagüer. A ella la veo menos porque vive en el DF pero también la quiero muchísimo; igual que a mis otros dos abuelos, Moyo y Chava, y a mis tíos Fer, la Güera, Nacho y Ricardo. A todos los quiero mucho, justo por quererlos conocer, se me ocurrió llegar antes.

Llegamos al hospital San José aquí en San Juan; yo ya iba de salida. Me atendió un doctor al que mis papás apenas conocieron ese día; está bien chistoso, se parece a Jesús Ochoa, hasta habla igual que él. La doctora que al parecer va a ser mi pediatra me cayó muy bien; se llama Paty también la conocimos todos ese día. Pobrecita de mi mamá; se tuvo que aventar todo ella solita, sin anestecia, ni preparación, ni nada. El hospital al que llegamos está muy bonito, es el mejorcito del rancho; nos atendieron bien pero mi mamá sufrió mucho. Si me hubieran dicho que a ella le iba a doler tanto por llegar tan de sorpresa, me hubiera esperado, aunque sea un poquito más. Comprobé que no me equivoqué al escogerla a ella como mamá, se portó muy valiente, está chaparrita como yo pero es muy brava. ¡Gracias mamá! Estoy muy orgullosa de ti, sin tu esfuerzo yo no estaría en este mundo. Mi papá también estuvo sufriendo mucho, él estaba escuchando afuera de la sala de expulsión escuchando los gritos de mi mami; no podía hacer nada, nada más le pedía a Dios que todo pasara rápido.

Inmediatamente que nací, le dí a mi mamá otro sustote. Al salir, yo estaba muy confundida; como estoy tan chiquita no tengo mucha fuerza todavía y salir me costó trabajo. Cuando Ochoa me vió, comentó que estaba yo muy chiquita; la doctora Paty me vió y luego volteó a ver a Ochoa. Los dos hicieron una cara como de preocupación; yo no llorarba por el esfuerzo que había hecho. Mi mamá le preguntó a Paty que por qué yo no lloraba; le respondió con un gesto de desconcierto. Mi mami pensó que había nacido muerta... ¡Pobrecita! ¡A para sustitos y sorpresitas que le he dado! Insisto que es muy valiente mi mami. Ella dice que yo soy lo más hermoso del mundo pero mi papá le dice que no, que ella es más hermosa; yo estoy de acuerdo.

La doctora Paty me llevó a otra salita. Sin que lo vieran, mi papá se asomó a verme por una ventanita que había en la puerta. Después de unos pocos segundos empecé a llorar; cuando mi mamita me escucho, se calmó bastante. El Ochoa le dijo: "ye ves m'hija, tiene unos pulmonzotes". Quien sabe que tanto me hacían la doctora y los asistentes; cuando se dieron cuenta que mi papá estaba viendo por la ventanita lo corrieron, le dijeron que estaba prohibido pasar hasta allí. Se regresó al pasillo y allí escuchó a mi mamá gritar mucho más fuerte. Lo que pasa es que como nací antes, el cuerpecito de mi mami, chiquito como el mío, no estaba listo para explular todo, así que Ochoa tuvo que hacerle una especie de limpieza interna para que no quedara nada adentro que pudiera afectarle más adelante.

Si me hubiera tardado un poco más, lo ideal era hacer una operación, creo que le llaman cesárea o algo así. Mis huesitos están muy tiernos y cuando pasara por el canal iba a tener problemas; sin embargo, como llegamos tarde, ya no se podía hacer nada, ni siquiera ponerle anestecia a mi mami. ¡Pobrecita! Pero ella es bien valiente y aguantadora, por eso la quiero tanto. Gracias a su esfuerzo y a las ganas que le echó, no se afectaron mis huesitos, sólo lo normal. Mi papá seguía con la angustia afuera de la sala. Por momentos le quería gritar a mi mamá pero no podía ni hablar; él sí que no hubiera aguantado, es bien chillón, no como mi mamá que es más brava que el chile de árbol.

Yo hubiera querido que de inmediato me pusieran en el pecho de mi mamá, como lo veíamos en los videos que nos pasaba Claudia en el curso. Mis papás habían pensado en poner música de Serrat y de mi tocayo Sabina así como velas y poca luz para recibirme. Pero bueno, por mi ansiedad de conocerlos no pasó nada de eso; sin embargo, estoy feliz de estar viva, aunque sea tan chiquita. Le estoy echando muchas ganas en esta pecera para crecer rápido y que pronto pueda conocer a mis bichitos necios y a mis perros latosos.

Nada más me dejaron ver a mi mamá de lejos y muy rápido, luego a mi papá y me metieron en una especial de pecera, oí que le dicen incubadora. Como la doctora Nayelli le había recetado el miércoles anterior a mi mamá una medicina para reforzar mis pulmoncitos, desde que nací estoy respirando yo solita, no he necesitado oxígeno ni respiración artificial. Todos dicen que eso es muy bueno porque lo único que tengo que hacer es crecer para ganar peso; llegando a los dos kilos me dejan salir de la pecera para poder irme a mi casa con mis papás.

Mientras estuve en la pecerita del San José, conocía a mucha gente. Ellos piensan que no los ví pero reconocí las voces de todos. Allí estaban mis dos abuelitas, Queta y Pilli; junto con Pilli llegó el buen Óscar, ya dije que es algo así como mi abuelito postizo. Luego llegaron la Güera y Nachito. Por cierto, mis papás han decidido que ellos van a ser como mis padrinos. No serán exactamente mis padrinos porque mis papás no piensan bautizarme porque, además de que ellos no creen en eso, yo no estaría de acuerdo en que me bautizaran sin consultármelo. Quizá yo de grande decida ser católica, budista, musulmana o hare krishna pero eso lo decidiré yo; eso me gusta mucho de mis papás, que piensen en la libertad que tendré para decidir cosas importantes. Decía que Nacho y la Güera aceptaron ser quienes se hagan cargo de mí por si algo les llegara a pasar a mis papás; ojalá que no haya necesidad de eso. Quiero que pronto llegue mi prima, la hija de ellos que se va a llamar Tiffany Yei o algo así; si es primo se va a llamar Stephen Alexander. Que llegue pronto para que yo tenga alguien con quien jugar porque mis papás no quieren tener más hijos; si deciden traerme un hermanito para mí, sería adoptado. Bueno, eso dicen ahorita, pero también mucho tiempo dijeron que no querían tener hijos y aquí estoy yo.

Más tarde llegaron al hospital mis otros tíos, Fer y Ricardo. Ellos estaban en el DF pero cuando se enteraron de que ya había nacido no dejaron de hablar por teléfono para ver como iba todo y después llegaron a vistarme. También reconocí sus voces desde lejos. A ellos también los quiero mucho, son personas maravillosas con las que mis papás cuentan de manera total. Su apoyo fue muy importante durante todo el tiempo. Un poco más tarde llegó el Moyito; cuando me vio, lo primero que dijo, reconocí perfectamente su voz, fue que yo estaba rojita como él después de echarse sus tequilas. Nada más que salga de esta pecera, le voy a pediro al Moyo que me toque con su guitarra el concierto de Aranjuez o alguna de Serrat.

Al único que no vi fue a mi abuelo Chava. Va venir mañana martes pero no me va a poder conocer porque sólo mis papás pueden pasar a la clínica a verme. Tendremos que esperar un poco para concernos. Me acuerdo que cuando mis papás le avisaron que yo venía en camino lloró de la emoción; no es fácil verlo llorar, eso quiere decir que le dio gusto la noticia. Como al Moyo, también a él le voy a pedir que me cante algo de Serrat; le sale muy bien la de "Esos locos bajitos".

Muchas personas que nos quieren a mis papás y a mi han hablado por teléfono para saber como estaba todo. A todas les doy las gracias desde mi pecera, créanme que le estoy echando muchas ganas; mis papás me vienen a ver todos los días, me platican y me acarician. Si hablan con mis papás, díganles por favor que no estén tristes, que yo también quisiera estar con ellos pero que estaré aquí sólo una semanas para después estar juntos, jugar, salir a pasear y convivir con Andrés Manuel, Galatea, Bichito, Angelita, Lucas, Pupa, Chaparra y Mateo. Ya quiero dormir en mi cuna, tomar lechita de mi mamá y que mi papá me bañe todos los días. También estoy ansiosa conocer a tantos amigos y gente maravillosa que está al pendiente de nosotros y que leerá lo que escribo. No estoy nada mal aquí; está calientito, me dan de comer y me atienden bien. Sin embargo, creo que nada se va a comparar con estar abrazada de mi mami viéndola a los ojos y dándome de comer. Como dice mi tocayo, el flaco Sabina:

Incluso en estos tiempos,
triviales como un baile de disfraces,
todos los días tienen unas horas
para gritar al filo de la aurora
la falta que me haces.
Y se iría el dolor mucho más lejos
si no estuvieras dentro de mi alma,
si no te parecieras al fantasma
que vive en los espejos.


Los siguientes días estaré entrando al blog de mi papá para que sepan como va todo, como me siento yo y como se sienten mis papás. A nombre mío y de ellos, gracias a todos los que están el pendiente de mi y especialmente gracias a Dios, a la vida o a eso que cada quien le llama como quiera por permitirme conocerlos. Todos ustedes son, desde ahora, parte de mi vida.

PSGMO

3 comentarios:

  1. Querida Sabina!
    Qué felicidad que estés con nosotros! Estoy segura que pronto podrás salir de esa pecerita y podrás abrazar a tus maravillosos papás! Te quiero mucho y me encantará conocerte pronto!
    Lili

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  2. Sabinita! pues muy bienvenida al mundo y a tu familia, no tengo el gusto de conocer en persona a tu papá, pero tu ma, es mi tocaya y estudio con ella en la maestria den Querétaro...ya sabrás que con el trabajo, hay poco tiempo para poder vernos y eso, pero quiero que sepas que me da muchisimo gusto que hayas llegado bien, tienes razón al decir que tu madre es re-valiente, asi de calladita como se ve, la fuerza la lleva dentro.
    Ojalá pronto pueda darte un ABRAZO y conocerte!
    FELICIDADES A TUS PAPIS!!!!
    mucho cariño y buenos deseos para tu estancia en el mundo pequeña...
    LA TOCAYA DE TU MÁ.
    PILAR SÁINZ

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  3. Que curioso, buscando a un grupo musical llegue a este blog, de pronto una de las fotos se me hizo muy familiar, estaba segura la había visto en facebook en el perfil de mi tía, luego leí el nombre de la bb! Y si, es mi sobrina! Saludos a Pily y a la tia Pilly.

    Un beso a la hermosa Sabina, estuvimos con ella en oración cuando lo del hospital.

    Atte. Cristina Ortega García.

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