miércoles, 2 de junio de 2010

Sabina: unas lecciones de Ortega y Gasset



A mi papá le gusta estarme leyendo mientras juego en mi gimnasio o me esfuerzo por aprender a gatear; a mí me gusta estarlo escuchando aunque a veces no entienda nada. Él trata de explicarme las cosas que considera son difíciles para mi, pero muchas cosas se le van. Otras veces, entiendo bien lo que dice pero él piensa que no entiendo y me explica. Cuando empiece a hablar ya la aclararé que entiendo y que no. Uno de los últimos libros que me leyó fue el de un señor español que se apellida Ortega y Gasset. Tenemos muchos libros de Ortega que iremos leyendo; mi abuelo el Moyo se los regaló hace tiempo a mi papá y, ahora, también son míos. A propósito de Ortega, mi papá me contó algo que sucedió hace algunos años con un presidente argentino muy ignorante y ratero, una verdadera pesadilla para su país; su nombre: Carlos Menem. Alguna vez asistió este fulano a España y allí dijo en tono solemne, algo así como "España siempre se ha distinguido por sus grandes hombres de letras; como, por ejemplo, Ortega... y también Gasset, otra gran escritor..." ¡Uf! Ya me imagino la cara de todos los asistentes. Ese Menem fue una verdadera calamidad para Argentina, contemporáneo de nuestra calamidad mexicana: Carlos Salinas. ¡Qué tipos tan nefastos!

El caso es que mi papá me leía "¿Qué es la filosofía?" de Ortega. Yo creo que a pesar de que Ortega es un filósofo que escribe muy claro, el tema es complicado. Este libro recoge una sesión de conferencias que el propio filósofo dio en España y Argentina en 1938. Ese Ortega sí que era bueno; toda una enciclopedia. Formado mayormente en Alemania, es súmamente crítico. Me doy cuenta que Ortega es un gran admirador de la tradición filosófica clásica: Platón y Aristóteles son sus grandes referentes. Afirma que a pesar de que ha pasado tanto tiempo, no hemos sido capaces, como humanidad, de comprender bien a los clásicos. Mi papá me comentó que Ikram Antaki decía que algo así como "filosofía es Platón, todo lo que se ha escrito desde entonces son notas al margen". ¿No es maravilloso cómo alguien que vivió hace más de 2500 años siga siendo el referente para el trabajo literario y filosófico de tantas generaciones? A mí me parece que sí lo es.

A los filósofos medievales, los padres intelectuales de la doctrina católica, Agustín de Hipona y Tomás de Aquino, Ortega también los coloca en lugar muy especial. Hace mucho énfasis en Tomás, con su brillantísima (aunque al mismo tiempo tramposa) interpretación de la doctrina aristotélica adaptándola de forma casi perfecta a la doctrina cristiana. Anteriormente, dice Ortega, Agustín había hecho algo similar pero con la obra de Platón. Agustín, al fin platónico, es mucho más emocional, mientras que Tomás es sumamente racional. Mi papá me ha dicho que pronto vamos a estudiar juntos a Tomás de Aquino pero que aún no se siente preparado para hacerlo. Dice que, por lo que le enseñó Ortega en sus lecciones y por lo poco que él conoce, para entender a Tomás tenemos primero que estudiar a Aristóteles.

En las lecciones de Ortega también aparecen como grandes referentes otros dos personajes maravillosos sin los cuales no sería posible entender nuestro mundo. Galileo y Descartes son los fundadores del pensamiento moderno. Uno italiano y otro francés, sin ellos sería imposible que el mundo fuese lo que es hoy, con todo lo bueno y malo que hay. Mi papá me dijo que después me leerá otro libro de Ortega que él leyó hace tiempo que se llama "En torno a Galileo". Dice que, aunque el título alude sólo al italiano, en realidad trata sobre todo el período del renacimiento y descarta las figuras tanto de Galileo como de Descartes. A propósito de Galileo se dicen muchas cosas negativas: que no fue él quién rompió con el geocentrismo, que se retractó de sus teorías, que fue un cobarde, que él no inventó el telescopio sino que se lo fusiló y no sé cuantas cosas más. Lo interesante de él es que fue el hombre indicado en el momento histórico preciso; retomando otra vez a Ortega, su circunstancia fue única en la historia de la humanidad.

Mi papá admira mucho a Descartes porque dice que sus trabajos están escritos en un lenguaje sencillo aunque no por ello deja de ser sumamente profundo. Es sorprendente como su Discurso del Método sea uno de los textos más influyentes en la historia del pensamiento contemporáneo. Otra vez, un hombre brillante al que le tocó vivir una circunstancia adecuada para que su pensamiento tuviera eco. Además de sus trabajos literarios, está otra maravillosa aportación de Descartes, el desarrollo de una de las ramas más hermosas de las matemáticas: la geometría analítica, disciplina que combina de forma maravillosa el álgebra y la geometría. Leer el Discurso del Método y estudiar geometría analítica debieran ir de la mano para los estudiantes de preparatoria. Mi papá ha prometido que me enseñará matemáticas cuando sea grande; espero que me lo cumpla porque con tanto que me platica ya tengo ganas de aprender aunque por el momento me conformo con darle vuelta a mi manita para verla por los dos lados; así puedo pasar muchos minutos. En fin, que ya mi papá me irá leyendo más cosas que estaré comentando.

Adiós.

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